miércoles, 17 de noviembre de 2010

Aprender de Éllos....


Hoy en dia los ancianos se hacen estas preguntas:
Somos personas? o somos objetos? Que somos?
Porqué nos apartan o nos aislan?
Nuestra opinion cuenta?
Tengo algun derecho?

En casa las cosas ya no son iguales. Todo lo que es antiguo la van desapareciendo. Tendre yo ese mismo futuro?
Mis hijos e hijas se han casado y han tenido hijos, eso es una gran alegria para mi pero ahora la casa se hace pequeña y mi cuarto paso a ser otro mas reducido.

Pienso que mi voz poco a poco se va apagando porque cuando converso sobre algun tema, nadie me oye y no puedo hablar mas alto.
Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos no me contestan.

A veces intervengo en la conversación, segura de que lo que voy a decirles no se le ha ocurrido a ninguno, y de que les va a servir de mucho mis consejos.

Pero no me oyen, no me miran, no me responden.

Un día se alborotaron los niños, y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos de día de campo. Me puse muy contento. ¡Hacia tanto tiempo que no salía y menos al campo!

El sábado fui el primero en levantarme. Quise arreglar las cosas con calma. Los viejos nos tardamos mucho en hacer cualquier cosa, así que me tomé mi tiempo para no retrasarlos. Al rato entraban y salían de la casa corriendo y echaban las bolsas y juguetes al carro.

Yo ya estaba listo y muy alegre, me pare en el zaguán a esperarlos.

Cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en bullicio, comprendí que yo no estaba invitado, tal vez porque no cabía en el auto.

O porque mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque. Sentí claramente cómo mi corazón se encogía, la barbilla me temblaba como cuando uno se aguanta las ganas de llorar.

Yo los entiendo, ellos si hacen cosas importantes. Ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan. Y yo, ya no se a que saben los besos.

Yo les bendigo a todos y les perdono, porque
¿Qué culpa tienen ellos de que yo me haya vuelto tan viejo?

Asi es amigos mios. Este relato que puede ser ficticio o realidad, cada uno lo sabrá, ¿Cuántas veces ignoro lo que dice mi padre anciano o mi abuelo?

"¡¡Ya está viejo, que sabe, estos son otros tiempos"

RECUERDA que ellos también fueron bebés, niños, jóvenes, adultos llenos de vida, ilusiones, fuerza...

RECUERDA que sus manos, antes fuertes, te dieron el apoyo que hoy tu les niegas... que su voz firme habló por ti cuando tú no sabías decir lo que necesitabas...
que sus palabras te dieron muchas veces el consuelo que hoy tu les niegas...
que pusieron toda la atención a las primeras palabras que dijiste, palabras casi incomprensibles...
y hoy no les escuchas porque dicen "puras tonterías".

Los ancianos que te rodean, en la familia, trabajo o en cualquier otro lugar fueron lo que tu has sido, lo que eres... Y LO QUE SERÁS.

¿Por qué no recordar que la vida suele ser como un espejo... devolviéndote lo que le das?

Amar, cuidar y RESPETAR a los ancianos... es un acto de justicia.
Han caminado mucho para llegar a donde están, han sufrido, han llorado, han perdido, han "hecho camino al andar"... aprendamos de ellos.
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